Este es un proyecto que en 1989 inició Marcos Degen, un sacerdote suizo que hoy tiene 73 años, como una alternativa para crear fuentes de trabajo en la comunidad de Iscayapi, en el distrito de Arapa (provincia de Azángaro). Allí los pobladores habían prácticamente agotado los recursos de la laguna: peces nativos como el carachi, el boga o el suchi habían sido depredados para su consumo durante mucho tiempo. Al padre Degen (que también impulsó proyectos de artesanía en alpaca y creó una escuela para niños especiales) se le ocurrió que los pobladores podrían criar truchas para su subsistencia, pero también para comercializarlas, así que buscó entidades que ayuden a darles capacitación en todo el proceso.
Así, junto al ingeniero Wilfredo Vásquez, llegaron a crear el proyecto de la trucha orgánica. Marianela dice que apuntaron a ello al ver el crecimiento del mercado de insumos orgánicos y con el objetivo de ofrecer una alternativa al pescado marino que puede proceder de un ambiente de alta contaminación.
Apuntaron lejos, al consumidor europeo que apoya el comercio justo y es consciente del cuidado del medio ambiente, además que se interesa por saber cómo ha sido criado el insumo que llega a su mesa.
En el 2006 empezaron a ir a ferias para contactar clientes. Fueron a la BioFast en Nuremberg, Alemania, donde conocieron a Olive Green Organics, una empresa australiana que importa y distribuye productos orgánicos certificados y que en el 2008 hizo su primer pedido. Ellos fueron quienes llevaron a esta feria de Sidney las latas de filetes de trucha en agua y filetes de trucha ahumados en aceite de oliva, que ocuparon el segundo lugar, después de la miel de abeja Blue Hills de la isla de Tasmania (frente a Australiana).
CÓMO LO HACEN
Para sembrar truchas en la laguna de Arapa se empezaron a importar ovas de Estados Unidos. Cuando estas alcanzan de 3 a 4 cms pasan a las granjas del lago (los campesinos tienen 53 kilómetros de concesión, algo del 20% del área total del lago) donde son alimentadas con residuos de quinua orgánica o de la producción del aceite de sachainchi o de nuez, también orgánicos. Nada de químicos ni pesticidas.
Cuando pesan 500 gramos las truchas se pescan y son acopiadas en la planta conservera que está a un lado del lago. Allí se procesan para darle también un valor agregado: preparan trucha orgánica fresca en aceite de oliva y en agua y sal, ahumada en aceite de oliva, además de trucha en aceite de nuez y de sacha inchi.
Marianela cuenta que producen cerca de 400 toneladas al año, entre trucha convencional y orgánica. De esta última por ahora es solo el 20%, aunque la tendencia apunta a que todo sea orgánico, para preservar también la calidad de la laguna.
De esta forma, la fuente de trabajo se da desde las granjas en el lago, la planta conservera y todo el proceso de comercialización. Todos los campesinos participan, se olvidan del asistencialismo y sacan adelante a los suyos (son en total 3.500 familias) y a su comunidad de Iscayapi.
Fuente:
http://elcomercio.pe/noticia/625238/sepa-como-se-cria-trucha-organica-puno-que-consumida-europa
