Las primeras directrices mundiales para la certificación de la acuicultura han sido adoptadas por el Subcomité de Acuicultura del Comité de Pesca, perteneciente a la FAO. Más de 50 países han participado en la reunión del Subcomité, el único foro intergubernamental a nivel mundial sobre el desarrollo de la acuicultura.
Las directrices -que no son vinculantes- abarcan cuestiones como la sanidad animal, la inocuidad de los alimentos y aspectos medioambientales y socieconómicos relacionados con los trabajadores del sector acuícola. Las directrices se presentarán ahora para su aprobación ante el Comité de Pesca de la FAO, que se reunirá en Roma en enero de 2011.
Si las directrices son adoptadas en su totalidad por los países, la certificación permitirá a los consumidores que se detienen a comprar pescado, saber si los camarones que están pensando adquirir se criaron sin dañar una zona de manglares costeros, si el acuicultor recibió un salario justo o si el marisco está o no contaminado.
Aunque las cuestiones relacionadas con la sanidad y la inocuidad alimentaria de los animales acuáticos han estado sujetas a la certificación y requisitos a nivel internacional desde hace años, las nuevas directrices representan la primera vez que el bienestar animal y los aspectos medioambientales y socioeconómicos se han visto sujetos a certificación o requisitos.
"Estas directrices han sido desarrolladas para armonizar en parte lo que supone el sector alimentario de mayor crecimiento en el mundo", aseguró Rohana Subasinghe, experto en acuicultura de la FAO. "La certificación de productos acuícolas ha profilerado con los años exigiendo todo tipo de cosas. No había criterio, puntos de referencia ni principios acordados. Los productos acuícolas se comercian a nivel mundial y es importante que garanticemos una producción responsable y la satisfacción del consumidor", añadió Subasinghe.
Las directrices han sido completadas tras cuatro años de consultas y debate entre los gobiernos, productores, procesadores y comerciantes.
El 80 por ciento de los acuicultores lo son a pequeña escala, a menudo con un estanque reducido para la cría de peces en sus granjas o un estanque para la cría de camarones junto a la costa. Una cuestión espinosa que tuvo que ser resuelta fue cómo diseñar un costoso proceso de certificación de manera que no dejara a los pequeños productores fuera del mercado.
Las directrices piden a los gobiernos que apoyen la creación de capacidad de los piscicultores para que desarrollen y cumplan los sistemas de certificación en la acuicultura. "Existen formas para que los pequeños productores operen dentro de un sistema moderno de certificación. En India y Tailandia, por ejemplo, grupos de piscicultores comparten los costes de la certificación, de manera que no sean demasiado elevados para ellos", aseguró Subasinghe.
Fuente: http://www.portaldelmedioambiente.com/noticias/8676/primeras_directrices_mundiales_para_la_certificacion_de_la_acuicultura/